3.9.07

Que Su Dentadura Salga de la Era de los Metales


Hace algunos años, al acudir a la consulta odontológica para rehabilitar alteraciones en los dientes tales como caries, fracturas, desgastes, etc, la única opción que tenían los pacientes era la amalgama dental.

La amalgama dental, comúnmente llamadas calzas grises, no son más que una aleación de varios metales, que mezclados con mercurio crean un elemento plástico que se empaca en la cavidad del diente; dando paso a una estructura demasiado dura, y de forma y color poco estética.

Pero, ¿Que inconvenientes existen con la utilización de la amalgama (actualmente empleada en muy pocas entidades, ya sea por desconocimiento de las alteraciones o por economía) y cuales alternativas la reemplazan totalmente?

Como lo dije anteriormente, las amalgamas son metales, por eso su dureza sobrepasa a la del esmalte dental; cuando esta es colocada en una cavidad muy amplia, la presión que ejerce sobre el esmalte es tan fuerte, que crea líneas de fractura. Lesión que pueden llegar a ser fatal en la conservación del diente.

Otro inconveniente, es el mercurio contenido en las amalgamas. Este es un elemento volátil, que libera vapores durante la masticación, los cuales pigmentan los dientes y encías. Y se aloja en órganos importantes del cuerpo humano alterando su estado y función.



Las corrientes galvanicas son otra complicación de cuidado, en el tratamiento con amalgamas. Se presentan cuando dos o mas metales en boca, unidos por un medio comunicante (que puede ser la saliva), crean una pila natural; que produce pequeñas descargas eléctricas, que viajan al cerebro y llegan a afectar, principalmente, el sistema nervioso central.

También hay que tener en cuenta que la amalgama no es adhesiva, esta se une al diente por fricción y oxidación, ya que es un metal; por esto es más fácil que se presente una filtración y posteriormente caries.



Como alternativa en odontología, se crearon las resinas estéticas, comúnmente denominadas calzas blancas, entre sus ventajas tenemos: alta estética, debido a sus múltiples tonos y efectos podemos individualizar cada obturación, quedando más natural y menos visible.

Es un material adhesivo, ya que se une al diente de una forma química, disminuyendo notablemente la filtración marginal. Es biocompatible. No afecta el organismo, como lo hace la amalgama. Tiene una alta resistencia. Similar ala del esmalte dental, sin recargar ni fracturar el diente natural.

Y de fácil manejo para el profesional, aunque, se debe seguir un protocolo operatorio y dedicarle más tiempo en su realización, no deja de ser un proceso sencillo y sobretodo seguro.



Estas resinas en sus inicios tenían una mala reputación, ya que eran frágiles, y se desgastaban con facilidad, hoy día se ha avanzado tecnológicamente para brindar resinas de alta calidad, y seguras, que desplazan totalmente a la amalgama dental.

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